Cuando tenemos un invitado en casa, procuramos que no le falte de nada, que esté lo más agusto posible y que se sienta de la familia. De esta manera se hallará alagado por nuestra atención, tendrá un grato recuerdo nuestro y, tal vez, quiera volver a visitarnos.
Esta es la filosofía de PALIO. La gente que viene a nuestro restaurante configuran nuestro motivo en el día a día. Somos muy exigentes con nosotros mismos y eso, que no es ni cómodo ni fácil, hace que desde que un cliente pase por la puerta de PALIO, estemos pendientes al 200%.
Damos mucho sentido a la sala, es el entorno directo, lo que perciben los comensales en todo momento. Nuestra cocina está basada en el recetario de la Gran Cocina internacional, con adaptaciones hacia los productos locales en algunos casos.
Nuestra cocina, no es una cocina de vanguardia, no es una cocina de fuegos artificiales, no es una cocina de último grito; es una cocina, sencillamente ARTESANA.


Nuestros parámetros de calidad se basan, principalmente, en conseguir buenos productos en temporada y trabajar con ellos de una manera correcta, transformándolos en algo atractivo para los sentidos.
El PAN, nuestro niño mimado. Le otorgamos muchísima importancia. Consideramos que en el concepto de un buen restaurante, un restaurante de recetario, debe pasar por la elaboración artesana del PAN. No podemos ofrecer a nuestros visitantes un producto que no haya sido elaborado en PALIO, por ese motivo todos los componentes de nuestra carta son hechos en nuestra cocina.
El PAN, los helados, los bizcochos, los fondos de cocina, nuestros jugos de ave, carne, pescado, verduras frescas, etc… todos esos elementos nos hacen disfrutar de nuestro oficio.
Nuestro lema es ser HONESTOS con nuestros clientes y con nosotros mismos para que, de esta manera, exista una armonía de correcto entendimiento entre ambos.